Estos sistemas biológicos se activan en cada mamífero y la manera con la cual los usamos puede derivar de nuestras primeras relaciones importantes: lo que era más importante en el contexto familiar y/o social o lo que no se aceptaba. A través de este mapa podemos entender más cómo nos manejamos en las relaciones con los demás, lo que aprendimos en nuestra historia y también focalizar y poner en práctica lo que queremos transformar.

Los sistemas motivacionales se fundan sobre disposiciones innatas, seleccionadas a lo largo de los procesos evolucionistas, y constituyen tendencias y propensiones a actuar hacia objetivos específicos, capaces de regular nuestras conductas y emociones en vista de una meta bien definida.

Se trata de sistemas cerebrales y mentales que pueden ser moldeados por el aprendizaje e por la cognición, operan a menudo fuera de la consciencia, de forma implícita, a pesar de que hay una recíproca influencia entre lo que se hace o dice conscientemente y las disposiciones innatas. Las disposiciones innatas a la relación social, en particular, llegan a la consciencia en forma de experiencias emocionales. El significado adaptativo, en sentido evolucionista, de los sistemas motivacionales es el garantizar la sobrevivencia y la difusión no del singular individuo sino de la entera especie a la cual pertenece. De hecho, siendo todos nosotros también mamíferos (ver cerebro tripartito), relacionamos nuestra sobrevivencia también a la pertenencia al grupo. Por esta importante razón los sistemas motivacionales interpersonales regulan nuestras emociones y relaciones.

Para leer mas: https://www.stateofmind.it/tag/sistemi-motivazionali e vedi Cervello Tripartito (Mc Lean, 1990)